2a Parte

Poner límite de tiempo a cada materia


Suele ocurrir que cuando uno estudia se traba con algo y se concentra exclusivamente en eso. No está mal, pero los minutos a veces corren y se convierten en horas. Llega el punto en el que una materia invade el espacio de tiempo de otra.

Hay que evitar que esto ocurra. Lo mejor es determinar períodos de estudio como si fueran módulos. Cuando el módulo llega a su fin, se hace un pequeño descanso y luego se vuelve a estudiar otra materia.

La pregunta podría ser ¿qué pasa si se termina mi módulo y el tiempo no me alcanzó para hacer todo lo mínimo que me exigen en mi curso? En ese caso, habrá que pensar en sacar tiempo de otras actividades y dedicarlas al estudio, pero no de otras materias porque si no, lo que ocurrirá es que una asignatura hará retrasar a las otras y toda la estructura organizativa se derrumbará como un castillo de naipes.


Mantener un grupo de estudio


Este es, quizás, el consejo más importante de todos. Los anteriores sirven para cuando uno estudia de forma individual. Sin embargo, las carreras difíciles pueden sobrepasar hasta el mejor de los estudiantes. Es por eso que se hace necesario mantener un grupo de estudio. En un equipo se pueden hacer consultas, compartir apuntes, resúmenes, incluso hasta se puede faltar a una clase sabiendo que algún integrante del equipo estará allí y luego pasará la información.

Además, esto permite poder encarar trabajos prácticos en equipo manteniendo siempre el mismo grupo. De esta forma, se facilita mucho la organización y la comunicación. Todo se hace más simple.

Por supuesto que hay que juntarse con personas que mantengan un nivel parecido y que todos demuestren respeto y compromiso para lograr los objetivos.